La raya marcada con lápiz sobre el armario de la habitación
apenas si se alejaba de la anterior. Unos escasos milímetros de diferencia hacía parecer a quien no supiera
nada sobre aquello, una superposición de rayajos sin ton ni son.
Su padre, sin embargo estudiaba analíticamente tales
trabajos y se desesperaba al ver que el despegue que el anhelaba en su
primogénito no se producía.