Sí, parece que volverá a ocurrir. Es ya todo un clásico, un déjà vu.
Leo con cierta reticencia y la sensación de haber vivido esta
situación en varias ocasiones, la intención del gobierno de repescar a Jordi Sevilla, una nueva comisión que modernice la Administración, informes de medidas de reforma administrativa....
Vaya por delante que Jordi Sevilla me parece un político experimentado y que todavía no hay nada material, con lo que seguramente debiera haber esperado más acontecimientos antes de opinar. Pero, sinceramente, creo que si me lo propongo podría llegar a mencionar unos cuantos planes de modernización promovidos por diferentes gobiernos en poco más de una década desde que inicié mi andadura por el sector público, y eso que soy malo para los nombres. Avanz@, Moderniza, Cora, varios planes de transformación digital,... Excesivos a todas luces.
Vaya por delante que Jordi Sevilla me parece un político experimentado y que todavía no hay nada material, con lo que seguramente debiera haber esperado más acontecimientos antes de opinar. Pero, sinceramente, creo que si me lo propongo podría llegar a mencionar unos cuantos planes de modernización promovidos por diferentes gobiernos en poco más de una década desde que inicié mi andadura por el sector público, y eso que soy malo para los nombres. Avanz@, Moderniza, Cora, varios planes de transformación digital,... Excesivos a todas luces.
Lo que chirría no es el hecho de querer actualizar el ámbito público dándole un nuevo impulso y un soplo de aire fresco, aunque
ya debiera ser un paradigma sin tacha de contemporaneidad ,a tenor de los
enésimos planes que han tenido lugar sin descanso alguno, sino
el exceso de protagonismo que reclaman todos los gobiernos por poner su impronta,
olvidándose de las líneas de trabajo actuales y, por tanto, de la planificación
vigente.
Admiraría un líder político que delegara en los profesionales de aquellos sectores ligados a la renovación, conducir las transiciones necesarias y simplemente se centrara en crear el entorno propicio para que puedan hacerlo en las mejores condiciones y con el máximo consenso. Permitiendo la cocina a fuego lento, que es lo que se requiere para degustar los
platos más exquisitos. Un rol más en la sombra, más de facilitador y no tan protagónico.
Al igual que a un proyecto no le sienta bien
estar continuamente manoseándolo, añadiendo y quitando funcionalidad por distintos equipos de trabajo sin
siquiera observar de forma calmada los resultados de lo que se lleva a cabo, al entramado publico tampoco le ayuda una continua retahíla de objetivos sin fin si no
presentan una continuidad en relación al trabajo previo efectuado.
¿Se han cumplido los anteriores planes? En caso contrario ¿qué
motivos han sido los que lo han impedido y como se podrían solucionar? Este tipo de preguntas son las que se deben
formular y no la barra libre de emborrachar con nuevos planes a diestro y
siniestro. El punto de partida ha de ser la anterior planificación y no el uso indiscriminado de la técnica del borrón y cuenta nueva.
Concluyendo, puede que esta vez sea diferente. Quizá el enfoque sea más acertado y las propuestas sean más en línea con los trabajos precedentes, pero hechos pasados vinculados a la temática, me hacen poner instintivamente a la defensiva.
No se abran más melones sin haberse comido previamente los
presentes, al no ser que estén rancios y no se lideren más planes estratégicos
por políticos que, pese a su buena intención, no disponen de la continuidad necesaria que dicho trabajo requiere.
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