martes, 19 de abril de 2016

Interestellar: Hacia una nueva aplicación

Alpha, tal y como era conocida la aplicación estaba llegando a su fin. Incapaz de aguantar por más tiempo el continuo mantenimiento adaptativo y evolutivo al que se veía sometido año tras año, se sentía agonizante.

Su jefe de proyecto, era consciente de ello. En los últimos tiempos el nivel de explotación superaba con creces lo planificado. Llovían chuzos por todos lados: una nueva ley por aquí, un servicio común para integrarse por allá, un usuario con ideales de grandeza,… La inercia adquirida resultaba imparable y obrar dentro del propio contexto inasumible. No había solución alguna dentro del cuadrilátero donde Alpha agonizaba y amenazaba con admitir el KO tirando la toalla.

Únicamente una opción, colonizar otro planeta para poder empezar desde cero. Había que desarrollar un nuevo aplicativo, para ello hacía falta una buena chequera para empezar junto con nuevos recursos para su desarrollo y gestión. De ese modo se embarcó en la misión Beta que albergaba el futuro de la tecnología en la Administración Pública.

El frío estelar le recibió con fuerte soledad. Sus ideas de salvar la Administración Electrónica no fueron acogidas entre los altos directivos con agrado. Ellos querían resultados a corto plazo, no una mera idea ambigua que se plasmara en tiempos venideros. - El porvenir está por llegar y nosotros estamos en el presente, cuando la coyuntura económica sea más apropiada se podrán acometer este tipo de medidas-, decía Sergio como decisor final de aquella cuestión.

La nave al poco de partir ya se había estrellado, y la misión pospuesta indefinidamente para tiempos más boyantes. Beta no llego nunca a ser más que unos papeles con un bosquejo de gráficos y flujos. De ese modo el ahora, comandado por el egoísmo de lo urgente que se negaba a ceder el paso a lo importante, se comió literalmente al mañana.

El futuro ha llegado sigiloso y veloz a partes iguales. Su primera víctima es Alpha aunque amenaza con no saciarse tan fácilmente y seguir asesinando.

Una amplia cola en la oficina de atención refleja las consecuencias en la vida real del crimen recién acaecido. Un entorno vanguardista rodea toda la calle mientras el hijo de Sergio, que ya se ha hecho mayor, se halla en la fila impaciente. Muy cabreado por la espera y la incomodidad del trámite teniendo en cuenta los tiempos que corren, se dice para sí:

-Yo que tenía que estar recogiendo a mis hijos ahora y aquí estoy esperando mi turno como si viviera en el paleolítico. ¡Maldita Administración!-.


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