Uno de los temas de mi oposición para
acceder al cuerpo TIC era Gestión del conocimiento. El temario que
disponía sobre ello era tan nefasto que no llegué a captar la
esencia de lo que significaba.
Sin embargo, hace un tiempo leí un artículo en el boletín del Inap sobre su aplicación que, ciertamente, aclaró bastante mis ideas respecto al mencionado asunto.
Tras leer el gran artículo de Felix Serrano sobre CORA donde se menciona este concepto como función que debe acometer el futuro CIO, y dado que me parece un tema esencial dentro de una organización, en base a lo leído y tratando de aportar mi experiencia y opinión, me he animado a escribir algunas ideas sobre ello:
1.- La gestión del conocimiento es
básicamente la adecuada trasmisión del saber que disponen las
personas de la Organización facilitando los espacios
colaborativos, retroalimentándose de este modo para dar lugar a la
innovación. El conocimiento de las personas debe fluir sin ataduras.
2.- Hay que tener mucho cuidado con
aplicar correctamente técnicas como retribución en base a
objetivos. De no definirse de forma adecuada pueden influir muy
negativamente en la colaboración y la manera de compartir
información entre compañeros.
3.- Existen grandes resistencias a la
implantación de un modelo de gestión del conocimiento en una
organización. Entre ellas:
- Altos directivos no ven el retorno
de la inversión de su implantación de una forma evidente. En
efecto. es una medida que aporta a medio-largo plazo y en la
Administración Pública el corto plazo es siempre el objetivo
prioritario.
- A las personas que ostentan el
conocimiento (es decir saben operar con los procedimientos clave) no
ven con buenos ojos el compartir sus destrezas. Pueden perder su rol
de “Héroes” y pasar a ser prescindibles.
5.- Existen herramientas más allá de las tradicionales que favorecen la colaboración y participación. Entre ellas figuran: grupos de trabajo, redes sociales, directorios de aplicaciones y procedimientos, etc.
6. Determinados jefes o directivos
perjudican gravemente la gestión del conocimiento. Si un empleado
propone algo con su buena voluntad y el directivo pone mala cara
queriendo decir “tu que sabrás” o “para qué te metes donde no
te llaman” está mandando un mensaje al inconsciente del empleado y
éste no volverá a proponer.
7. Las técnicas de benchmarking son
muy apropiadas. Ya que permiten ver el estado del arte más allá de
tus narices.
8. Definir un sistema de recompensas a
mejores proyectos puede incentivar la productividad y ayuda a que el
equipo trabaje de forma colaborativa. Esto no contradice el segundo
punto expuesto, ya que mientras que la productividad por objetivos
indicada se refería a personas individuales, la recompensa a un
proyecto bien ejectudado se orienta a un equipo.
9. Establecer un directorio accesible
con información de las responsabilidades de cada persona de la
organización y mecanismos definidos de sustituciones es esencial. Si
no, puede ocurrir como hace poco le pasó a una empresa. Durante 4
horas los desarrolladores no pudieron trabajar debido a un fallo en
la corriente eléctrica. La solución era muy sencilla (dar a un
botón) pero la persona encargada no estaba y nadie conocía lo que
había que hacer.
Concluyendo, un adecuado modelo de
gestión del conocimiento en una organización es sinónimo de
calidad y evita una supeditación plena de las personas. Soy de la
opinión que por muy bien definidos que estén los procesos, lo más
importante seguirán siendo las personas, pero si se trabaja
intensamente en colaborar siguiendo los principios enumerados, los
trabajadores estarán más motivados, se mitigará ese espíritu de
competitividad intrínseco a los seres humanos y no habrá tantas
dependencias.
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