La complejidad de una solución
tecnológica en el ámbito de la administración suele venir marcada
por el número de Unidades que intervienen y la coordinación que
existe entre sus agentes.
En la Administración Pública se
trata, desde hace ya bastante tiempo, de implantar la contratación
electrónica o, lo que es lo mismo, que no se utilice ningún papel o
al menos el mínimo imprescindible, sustituyéndose por
comunicaciones electrónicas entre los distintos agentes.
Echando un vistazo a la tecnología actual, parece difícil justificar que ese objetivo no se haya logrado todavía. De este modo disponemos:
- Herramientas para firmar electrónicamente. Sustituyendo así cualquier firma manuscrita con plena legalidad. Para ello, existen diversas soluciones que posibilitan realizar firmas electrónicas entre las que destaca por encima del resto el cliente de @firma. A su vez, @firma dispone de servicios muy útiles para validar tanto firmas como certificados electrónicos, garantizando que no existen caducidades ni revocaciones.
- Posibilidad de hacer actuaciones automatizadas (sin intervención humana), gracias al concepto de sello electrónico. Este concepto no es más que una firma electrónica, pero en vez de usar un certificado electrónico personal, se emplea uno de sello. Las funcionalidades que ofrece son diversas y van desde un justificante de registro hasta una digitalización automatizada de un papel.
El sello electrónico permite a las máquinas realizar trámites electrónicos con plenas garantías legales sin necesidad de actuación humana.
- Por supuesto existen gran cantidad deWorkflows que hacen posible la tramitación de un procedimiento en el que intervengan diferentes actores mediante la definción de un flujo determinado. A la hora de decidir por una solución de workflow se puede optar por adquirir una ya existente parametrizándola o realizar tu propia implementación.
- Otras herramientas que añadidas a las anteriores faciltan la tramitación electrónica: Soluciones de escaneo, CSVs (Códigos Seguros de Verificación), etc.
Si ya existen las herramientas que hacen posible, en teoría, la tramitación electrónica de cualquier procedimiento administrativo por complejo que sea, ¿Cómo es que nos está costando tanto implantar la contratación electrónica?
Efectivamente la contratación tiene aspectos que la hacen especialmente compleja de digitalizar en el ámbito de la Administración:
- Existen gran diversidad de actores y cada uno de los cuales tiene un cometido: Empresa solicitante, Unidad Proponente, Unidadad de Tramitación, Abogacía del Estado, Junta de Contratación, Intervención General del Estado...
- Gran variedad de casuística que hace que los flujos de contratación varíen en función del tipo de contrato: Concurso Abierto, Contrato Menor, Procedimiento restringido, por adquisición centralizada, …
- Fuertes resistencias a la utilización de intrumentos electrónicos. A día de hoy todavía existen Organismos cuya participación en el procedimiento es ineludible que apuestan por la copia manuscrita
Teniendo en cuenta lo anterior, ¿como
se está trabajando para dar el salto al mundo electrónico? En mi opinión, de forma completamente
descoordinada y deslabazada. Cada uno de los actores ha desarrollado
una aplicación propia para resolver su problemática pero ninguna de
ellas, al menos hasta el momento, tiene una visión holística de la
contratación. Así, existen actualmente diversidad de aplicaciones:
- Aquella que utiliza exclusivamente la Intervención: IRIS.
- Aplicación que utilizan las unidades tramitadoras y la Intervención: SOROLLA V2
- Aplicación para las facturas electrónicas: E-Factura
- Desarrollos varios que tienen las Unidades proponentes. Por ejemplo en mi área tenemos una aplicación llamada GEXCO para la gestión de los expedientes de contratación de la División de Sistemas de la Información
- Aplicaciones del Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas: Conecta Patrimonio y sobre todo la Plataforma de Contratación Electrónica.
A mi modo de ver, es muy difícil que
todo este tremendo entramado acabe completamente integrado para dar
una solución final de calidad. Máxime cuando no existe un grupo de
trabajo donde estén representados cada uno de los actores, centrado
en lograr una contratación electrónica integral.
Es esencial que el procedimiento sea
electrónico de principio a fin sin que se rompa la cadena en ninguno
de sus eslabones. De nada sirve
diseñar un flujo digital, si una de las fases o uno de los actores
implicados está excluido. Un procedimiento puede comenzar siendo
electrónico, pero si en un momento determinado se debe imprimir toda
la documentación para enviarla a un organismo, que éste lo selle, y
posteriormente se vuelva a escanear lo anterior, se estará
sobrecargando de trabajo a una Unidad, y se perderá el fin esencial
de la contratación electrónica y la ausencia de papel.
Por ello, me atrevo a ofrecer un plan
de trabajo que ayude a ordenar las acciones a acometer, estableciendo
una serie de hitos:
1.- Formar un grupo de trabajo
representando a cada uno de los actores y que esté liderado por un
Director General como mínimo.
2.- Definir la integración de cada
una de las aplicaciones citadas y establecer las funciones propias de
cada una. Si no se partiese de esta situación, sin tanto dinero ya
invertido, lo lógico habría sido diseñar una única aplicación
para toda la contratación electrónica con distintos perfiles para
cada uno de los agentes (ver el lado oscuro de la integración entre aplicaciones)
3.- Dada la casuística existente, es
importante que las aplicaciones que intervengan en este ámbito sean
diseñadas de forma flexible no constriñéndose a un método
estricto. De ese modo se asegura un mantenimiento más ágil y
económico en caso de que cambien los flujos de trabajo como ya ha
sucedido en otras ocasiones: cambios normativos y organizativos
fundamentalmente.
4.- Establecer una serie de hitos
claros y conseguibles. Es imposible atajar todo el problema de golpe,
hay que ir poniéndose objetivos a corto y no parar hasta que
realmente se consigan. Si por ejemplo los contratos menores, o la
contratación centralizada son más sencillos de acometer, empecemos
por ellos.
Mantener la atención en un objetivo
concreto y no simultanear demasiadas actuaciones en paralelo aumenta
significativamente la productividad así como las probabilidades de
éxito.
Concluyendo, la contratación digital
es sin lugar a dudas uno de los grandes retos de la Administración
Electrónica. El éxito en su implantación denotaría un grado de
madurez y coordinación interadministrativa jamás antes logrado.
Hola Daniel, lo primero decirte que no conocía la existencia de este recurso, así que enhorabuena por unirte a los funcionarios que la emprenden a pensar y compartir sus ideas.
ResponderEliminarLo segundo, decirte que yo, en una organización más pequeña, también sufro un cocktel de aplicaciones informáticas que ....
Por lo que sé, tu situación y la mía es común. Como tú pienso, que el problema radica en las personas de la organización y en la dirección política-técnica.
Lo del grupo de trabajo no una buena idea, si no un requisito previo para empezar a trabajar.
Como sugerencia creo que habría que llevar el problema de la implantación de la contratación electrónica en las grandes organizaciones y de los grupos de trabajo que la deben gestionar la implantación a comunidades de prácticas.
Un saludo y enhorabuena.
Hola Guillermo,
ResponderEliminarGracias por tus comentarios y por tus ánimos con el tema blog.
Ciertamente la resolución de la contratación electrónica en la Administración Pública transciende a día de hoy el ámbito tecnológico. Actualmente estamos inmersos en una reorganización importante con el tema del CIO que puede venir como anillo al dedo para facilitar esta problemática y cualquier otra solución compleja TIC que requiera coordinación entre distintas Unidades. Por eso lo he traído a colación, creo que es el momento de abordar esta problemática pero esta vez de una forma ordenada.