La ley de Parkinson dice: “el trabajo
abarca todo el tiempo disponible para terminarlo”. Si algo debe
hacer hacerse en un año, en un año se hará.
Estoy bastante de acuerdo con ella, y
por esa misma razón estoy a favor de las planificaciones
estratégicas marcando hitos y plazos concretos para terminar las
actuaciones ya que, de lo contrario, los trabajos se pueden demorar
sin motivos. Ahora bien, esos plazos y fechas tope deben ser
suficientemente realistas y flexibles.